Ahora lo veo

Vivir era esto, pero yo no lo sabía;

sigo siendo un niño, aunque arrugas tenga.

Aquí sigo firme, aunque ya no me sostenga,

muriendo de amor hasta el último día.

 

La muerte está delante, yo ya la veía,

pero ya no le temo, que cuando quiera venga.

Descansar de todo esto también me arenga

aguantar impertérrito esta vida mía.

 

No odies, no confrontes, no te enfades,

vas a acabar igualmente criando malvas,

para qué perder el tiempo en maldades.

 

Un violonchelo, un cuadro, una sonrisa calva,

el mundo tiene esas tiernas bondades.

Entérate ya, es la belleza la que nos salva.