EL VISITANTE DEL SIGLO XXVII
Aunque nadie se lo crea

RELATO de Paco Pérez

En el año 2688, de donde procedo por accidente, no existen los desmadres organizativos que suceden en este año 2001. Como en tantos otros aspectos, me resulta increíble que seáis capaces de vivir en sociedad con tantas carencias como tenéis. ¿Cómo es posible que haya seres humanos sin identificar unívocamente?. En el mundo del que procedo, que no es otro que éste vuestro 688 años más viejo, cada ser humano recibe al nacer una pequeña célula artificial que es implantada en la parte baja trasera de la oreja, bajo el hueso occipital y bajo la piel, por supuesto yo llevo una, que de nada me sirve aquí. Se llama IU, Identificador Universal. Esta célula identifica a cada persona de forma única y además permite un contacto inmediato entre toda la humanidad. Sólo tengo que pensar en el nombre de alguien a quien conozca para entrar inmediatamente en contacto. He visto semillas muy muy rudimentarias en estos bastos y enormes artilugios que llamáis computadoras y ordenadores, el ICQ, el MSN Messenger, ¡ja ja ja!, qué lentos, qué ineficaces. Que no os moleste mi risa, me sale del corazón, al fin y al cabo este patoseo vuestro desemboca en mi presente 2688, que tan lejos queda ahora. En realidad, sin vuestro esfuerzo por comprender el mundo, mis contemporáneos y yo mismo no seríamos lo que somos. Me río porque no me puedo contener, pero os animo a que sigáis pensando y desentrañando el universo que nos rodea. Todo está ahí, sólo es cuestión de mirar de forma adecuada.

 
reflexiones al respecto