EL VISITANTE DEL SIGLO XXVII
Aunque nadie se lo crea

RELATO de Paco Pérez

Yo trabajaba de almacenero, no soy científico, ni físico gravitacional (que aún no tenéis) pero trabajaba con garfios antigravedad, que son una especie de guantes, muy populares, que eliminan por completo el peso de cualquier masa que tocan, hasta ciertos límites. Creo que sencillamente pellizcan el tejido gravitacional lo suficiente para anular el peso del objeto. Bueno, pues por lo visto yo he tenido la mala suerte de comprobar que cuando se pellizca el tejido gravitacional también se pellizca el temporal. Ese accidente, como quizá ya sepáis, me trajo desde 2688 hasta 2000. Y estoy asombrado con todo lo que veo. A veces me resulta increíble que seáis capaces de sobrevivir en las condiciones que lo hacéis. Desde luego os desgastáis mucho más deprisa. Yo nací en 2630, tengo 58 años y vosotros con 30 tenéis más cara de viejos que yo. No me extraña, lo desconocéis todo en cuanto a alimentación adecuada, eliminación de componentes peligrosos para el organismo y, sobre todo, ignoráis por completo vuestra capacidad mental. Cuando yo era pequeñito, los Maestros de Vida me enseñaban Conocimiento Intuitivo (CI). Bueno, a mí y a todo hijo de vecino, claro. Aquí, en esta época que por accidente me toca compartir con vosotros, no prestáis atención a las voces de vuestro intelecto, sabéis constantemente muchas más cosas de las que usáis cada día. No utilizáis, en absoluto, algo tan imprescindible como la intuición. Andáis tonteando con el “alma” y el “espíritu” (palabras desconocidas en 2688) y nadie os enseña a ser vosotros mismos. Qué brutos sois.

 
reflexiones al respecto