Esto de no saber escribir es un auténtico
coñazo, como dijo el poeta.. La vida es muy rara dijeron una vez,
y pensándolo bien es más bien simple, lo que pasa es que
tendemos a complicarlo todo. Eso denota una clara cabezonería y
la absoluta certeza de que estamos más perdidos que un gilipollas
en Oxford.
Por naturaleza somos más bien egoístas, y quien diga lo
contrario miente como un bellaco. Todo pasa por el rasero de nuestro ombligo.
Ese que normalmente está lleno de pelusas, miguitas de pan y, en
la mayoría de los casos, mierda a secas. O, ¿acaso no os
habéis olido el dedo después de pasaros un rato hurgando
en él?. Los que tienen el ombligo saliente no cuentan, porque esos
sí que tienen el ego desarrollado, o como se dice ahora, mega-desarrollado
de la muerte.
En fin, que somos la leche en bote.
Siempre solemos querer lo que no tenemos, y cuando lo conseguimos, le
prestamos escasa atención (en la mayoría de los casos, que
siempre hay alguien que se da por aludido y deja de prestar atención
al escrito, desde aquí mis sinceras condolencias.)
Acabo de aplastar a un pobre bichito que revoloteaba en la pantalla del
ordenador, y eso demuestra un egoísmo exacerbado y un nulo interés
por la vida de los demás seres del planeta... A ver qué
culpa tenía el pobre de hacer lo único que sabe hacer, que
es dar por culo...
Ay, el amor, el amor... Maravillosa combinación de hormonas, que
normalmente nos trae por la calle de la amargura. El difunto bicho no
cuenta, pero en general habría que prestar más atención
al bombazo químico que preparó Dios un día que estaba
bromista, y querer más a la gente.
Me pregunto qué cara tendréis los que estáis en este
momento leyendo esta chorrada. Alguno esbozará una leve sonrisa,
otro u otra prestará escasa atención, y alguno habrá
que piense que estoy como una chota pero bueno, yo a lo mío, que
es no saber escribir.
Suelo andarme mucho por las ramas, cual primate en celo, así que
no esperéis encontrar ningún tipo de resolución aquí,
eso en todo caso se lo dejo a los profesionales de la verdad absoluta
y de lagrimita fácil. Lo mío es más bien un caos
literario y vital, os lo aseguro.
Pongamos un ejemplo: bueno, no, que iba a hablar de nuevo del bicho, y
no me lleva a ningún lado. A bicho muerto, bicho puesto... O, a
muerto el bicho, ¡viva el bicho!
Quizás la palabra bicho no sea la más adecuada, pero insecto
creo que suena peor.
Ya estoy en la quinta rama y aún no he dicho lo que vengo a decir
aquí: la vida es taco, taco de rara y más simple que la
novia de un cantante pop.
Tomemos el ejemplo de una persona al azar, al que llamaremos Ken (sí,
como el novio gay de la Barbie). Un día se levanta por la mañana
y descubre que está aburrido de la vida que tiene. Piensa que no
merece la pena nada de lo que ha conseguido hasta el momento. Error, ser
el novio gay de la Barbie es mucho más de lo que yo conseguiré.
Luego mira a su lado y sólo ve una mujer perfecta y dulce, y cansado
de ella, la abandona por un geiperman. Error de nuevo, ni la Barbie ni
el geiperman explorador tienen lo que hay que tener (ya me entendéis).
Por cierto, siento ser tan machista y poner como ejemplo a un muñeco
mariquita de plástico, podría ser una muñeca bollo
de goma. Reitero mis disculpas. Me pierdo en el mundo del juguete, la
verdad.
Pues eso, que si eres Ken, te toca la Barbie, y si eres Bú, te
tocan dos monstruitos muy graciosos, pero dos monstruitos al cabo.
Sé que no he aclarado nada en absoluto, pero ya os advertí
que esto no es ningún tratado sociológico, es una simple
empanada mental.
La verdad es que siento muchas cosas a la vez, buenas y regulares, y eso
no acompaña a tener un pensamiento cristalino.
Ahora sí, al menos tengo algo muy claro en la cabeza: después
de escribir esto dejaré totalmente indiferente al presidente del
gobierno sueco.
¿Suecia tiene presidente?
Como lo único que hago al cabo del día es intentar sobrevivir
a mi trabajo, no tengo tiempo ni para leer lo que pone en una lata de
anchoas (que supongo que la leyenda que reza no es otra que: anchoas),
así que ando un poco perdido en la política, en la economía
y en la prensa rosa en general.
Al menos el intentar sobrevivir en el trabajo te deja poco tiempo para
pensar en malos rollos. De verdad, sales con una alegría de vivir
que ni te cuento... El otro día salí ardiendo intentando
sofocar un pequeño incendio, casi me caigo de una considerable
altura haciendo el mono (porque los cursos de seguridad normales de una
empresa suelen ser: “Como convertirse en un chimpancé, primera
parte”, segunda no hay.) Cincuenta horas. Y lo normal, aplastamientos
varios con objetos pesados y cosas por el estilo. Huelga decir que no
trabajo en el ayuntamiento de mi pueblo.
Pero bueno, al peo con el trabajo, que no es lo mío.
Lo mío es beber como un cosaco, pero ahora que estoy fresco me
arrepiento mucho, de verdad.
“Everybody is happy” dicen muchas canciones inglesas (con
la venia de forever, together y todo lo que rime con eder), y es bonito,
lo reconozco, pero hay que tener en cuenta un pequeño matiz: los
ingleses lo hacen todo al revés. Son como la vida misma, raros
como un perro verde y simples como un búcaro.
Suena mucho mejor el castellano, dónde va a parar, ¡Hombre!
Por ejemplo: “Todo pasa y todo llega, pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo camino...” o esta otra: “Pero si tú
no te das cuenta de lo que vale, la vida es una tontería si vas
dejando que se escape lo que más querías...” Además
con lo bonito que es el castellano, a cuenta de qué se va la peña
a tomar por culo de lejos para chapurrear esloveno, no lo entiendo.
Ahora ruego un leve asentimiento y una frágil reflexión.
Gracias.
Echando un vistazo en mi maravilloso y estupendo diccionario de sinónimos
y antónimos encuentro la palabra amor. Amor, querer, cariño,
ternura, pasión, afición, repugnancia y odio.. Me doy cuenta
que es muy parecido al día que llevo hoy. He sentido todo eso y
más, aunque para ser sincero, los antónimos no los he sentido,
que se busquen la vida.
Soy una persona perdida de la vida rara, pero no siento odio ni repugnancia,
y si no eres una mantis religiosa, puedes estar seguro de que al menos,
repugnancia no sentiré. Y odio... no, nunca, a no ser que seas
una repugnante y odiosa cucaracha.
Bueno, ya basta de insectos varios, que no se trata de hacer una recopilación
de seres de nula inteligencia y aspecto reprobable, para eso tenemos a
los políticos.
Decir tonterías es algo que se me da bien. Hacerlas, más.
Y sobre todo, sobre todo, lo mío es hacer daño. Retomemos
el ejemplo del pobre bicho. Pero no a cualquiera, no, sólo a las
personas que me importan de verdad. Es un hecho demostrado centrífugamente
que no me deja inverosímil, pero sí individual.
Siguiendo mi ejemplo y mi “Curso rápido para dañar”
(doscientas cincuenta y cuatro horas), de venta en carnicerías,
podréis aplastar y machacar a cualquier ser querido.
Tengo más espinitas clavadas que un ciego jalándose una
dorada. Y es muy triste, de veras. Sólo quiero amar y que me amen,
querer sin barreras (que no hay Dios que se las ponga, quede claro), y
ser lo más feliz posible. Error: si eres Ken...
En este momento de mi vida tengo alojadas un millón de mariposas
en la barriga, todas gritando al unísono un solo nombre: Eva, la
que engendra vida. Todos sabéis de qué hablo y de quién.
Siempre es ella, con distinto nombre y rostro, pero ella.
Os quiero querer a todos, lo sabéis, y el resultado es asaz variopinto,
¿Verdad?
Si dijera todo lo que siento podría meter muchísimo, muchísimo
la pata, así que me lo reservo como otra espinita (qué pena,
coño).
Mira, no me da la gana, ea. Voy a decir lo que siento y punto.
Leo: sé que pasas por una etapa de soledad y tristeza, de añoranza
y dudas, pero si de verdad la quieres, déjala comenzar una nueva
etapa.
Acuario: él siempre te querrá, pero su determinación
es franca. Quiérelo como se merece y no lo perderás nunca.
Capricornio: eres un ser de luz y mereces ser feliz. Lucha por tu vida,
no te me mueras, cariño.
Sagitario: lo tuyo no tiene desperdicio, hijo mío...
Bien, creo que ha llegado la hora de la despedida. Espero que me sepáis
perdonar lo que se tenga que perdonar, pero llego tarde a mi nueva vida,
y el tren va con retraso.
Espero que algún día nos reunamos y hagamos una batalla
de globos rellenos de agua. Son muy divertidaz...
Para el que se ha perdido: da igual, no te conozco...
Un consejo: las doradas están más buenas con sal, y si le
quitáis las espinas, son sabrosísimas.
Vida rara ésta que nos toca...
Un abrazo, un beso y un te quiero a todos.
Sagitario.
P.S. Si en el transcurso de este relato se ha dañado a algún
bichito, os ruego me perdonéis. Os quiero de verdad.
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